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¿Qué son las Asociaciones de Apoyo?

Las Asociaciones de Apoyo a Oikocredit son colectivos de personas voluntarias constituidas legalmente en forma de asociaciones sin ánimo de lucro. Los socios y socias de estas asociaciones llevan a cabo tareas de sensibilización y difusión de la misión de Oikocredit y son una parte muy importante de la organización. Las Asociaciones de Apoyo son socias directas de la cooperativa Oikocredit Internacional, y como tales, representan en ella a todos sus socios y socias de España. Actualmente existen 3 Asociaciones de Apoyo: País Vasco, Catalunya y Sevilla.

También existe un grupo de voluntariado activo en Madrid (puedes encontrar más información sobre este grupo y sus actividades en: www.madrid.oikocredit.es).

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Empoderamiento de la mujer, contra la violencia machista

Empoderamiento de la mujer, contra la violencia machista

1757-coop-maimon.pngmiércoles, 25 de noviembre de 2015

Artículo en motivo del Día Mundial contra la Violencia Machista

A fecha de hoy se han producido 93 feminicidios en todo el Estado español, mientras que durante todo el año 2014 hubo 126.742 denuncias por violencia machista. Desde varias entidades que trabajan por los derechos de la mujer señalan que el empoderamiento es una de las herramientas más potentes para impedir que se den estos casos. Para conseguirlo, Oikocredit prioriza con sus inversiones aquellos proyectos que trabajen para acabar con la discriminación de la mujer.

Más allá de las 93 mujeres que han muerto a manos de sus maridos o ex-parejas, se cifran estos asesinatos en 800 casos desde el 2003. Paralelamente, los juzgados reciben, cada día, 266 denuncias por violencia de género, de las cuales poco más de un 60% acaban en condena, la cifra de mujeres que acuden al juzgado para denunciar estos casos es superior a hace dos años.

Para poner fin a esta lacra, un gran número de entidades, sobre todo con perspectiva de género, consideran el empoderamiento como el mejor camino para cortar de raíz estas problemáticas. Incluso artículos de la ONU, en Onuwomen, consideran que "las causas de la violencia contra las mujeres se basan en la discriminación". En este sentido, se reivindican las Finanzas Éticas y Alternativas como interesantes herramientas complementarias a los procesos de empoderamiento de las mujeres.

Las Comunidades Autofinanciadas (CAF) son un ejemplo de estas herramientas. Se trata de pequeños sistemas financieros de carácter informal y a pequeña escala para personas excluidas del crédito tradicional. Algunas CAF, como un ejemplo concreto en Sevilla, han sido creadas por mujeres que han sufrido violencia de género y necesitan empoderarse, y así lo explica en un artículo Núria Mateos. Aún así, las finanzas éticas tienen que servir también, en la línea del ejemplo de Onuwomen, para atacar un sistema de discriminación, y evitar así que se produzcan estos casos.

Por otro lado, Oikocredit, como entidad de finanzas éticas orientada a ofrecer servicios a personas en riesgo de exclusión en el Sur, trabaja en varios proyectos con perspectiva de género, que pretenden empoderar a las mujeres en países en vías de desarrollo y evitar la discriminación. Hay muchos ejemplos, pero dos de los más destacables son la Cooperativa de Ahorro y crédito Maimón (COOPMAIMON) , en la República Dominicana, o la Fundación Mujer de Costa Rica.

El caso de COOPMAIMON es una organización socia de Oikocredit que provee servicios financieros (crédito y ahorros), formación y programas a mujeres empresarias. Cuenta con más de 70.000 socios y socias, y un ejemplo fueron las dos hermanas Nancy y Fidelia Espinal, que pudieron abrir una empresa de transportes, Taxi Maimón, con la ayuda de su familia. De este modo, rompieron los roles de género, más en la República Dominicana donde aseguran que "hay una cultura muy masculinizada".

La Fundación Mujer es, por su parte, una intermediaria microfinanciera que presta servicios a personas microempresarias, en gran parte a mujeres de Costa Rica. Además ofrece servicios de banca colectiva a mujeres que no tienen garantías para solicitar los préstamos, así como otros servicios no financieros, de formación, autoestima y habilidades empresariales.

En el caso de microcréditos en países del Sur, hay que destacar que las mujeres acostumbran a ser mejores pagadoras de los préstamos que los hombres, pero más importante todavía es que su empoderamiento acostumbra a generar mayores efectos positivos en la mejora de la calidad de vida de sus comunidades y familias.

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